Científicos de la Universidad de East Anglia han descubierto dos nuevos clorofluorocarbonos (CFC) y un nuevo hidroclorofluorocarbono (HCFC) en la atmósfera.

La investigación, publicada hoy, se realizó a partir del descubrimiento de otros cuatro gases artificiales por el mismo equipo en marzo.

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Los científicos descubrieron estos gases al comparar las muestras del aire de hoy con aire no contaminado recogido entre 1978 y 2012 en Tasmania, y con muestras tomadas durante vuelos en aeronaves.

Las mediciones muestran que todos excepto uno de los nuevos gases han sido liberados a la atmósfera en los últimos años.

El Dr. Johannes Laube, de la escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad de East Anglia, dijo: "Dos de los gases que encontramos a principios de año fueron particularmente preocupantes debido a que se siguen acumulando de manera significativa hasta el 2012. Aumentos de emisiones de esta magnitud no se han visto en ningún otro CFC desde que se introdujeron los controles en la década de 1990, pero aún no están cerca de las elevadas emisiones de CFC de la década de 1980".

"Ahora hemos identificado otros dos CFC y un HCFC, aunque éstos tienen concentraciones mucho más bajas que las anteriores. Por lo tanto, es improbable que vayan a representar una amenaza para la capa de ozono. No obstante, estos gases refuerzan nuestro argumento de que hay muchos más gases de efecto invernadero por ahí y la suma de ellos bien pudiera tener un impacto".

Corinna Kloss, quien llevó a cabo la investigación en la UEA y ahora en el Centro de Investigación de Jülich en Alemania, dijo: "Los siete gases estaban sólo alrededor de la atmósfera en cantidades muy pequeñas antes de la década de 1980, con cuatro de ellos no presentes en lo absoluto antes de la década de 1960, lo que sugiere que fueron creados por el hombre. Debe ser investigado de dónde provienen estos gases."

"Las posibles fuentes incluyen solventes industriales, insumos químicos y refrigerantes."

Los CFC son la principal causa del agujero de la capa de ozono sobre la Antártida. Las leyes para reducir y eliminar los CFC entraron en vigor en 1989, seguidas por una prohibición total en 2010. Esto se ha traducido en la disminución de la producción de muchos de estos compuestos a una escala global.

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Imagen Aerosol can and sky image via Shutterstock.