El cambio climático puede estar cobrando una cuota oculta en los bosques tropicales intactos en el corazón de la Amazonia, según un nuevo estudio basado en 35 años de observaciones.
La investigación publicada en la revista Ecology se centró en los impactos ecológicos de la fragmentación, pero inesperadamente encontraron cambios en los bosques de control. Estos cambios, que incluyeron el crecimiento y tasas de mortalidad más rápidas de los árboles, el aumento de la acumulación de biomasa y la proliferación de viñas, pueden estar relacionados con el aumento de las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera, de acuerdo con Thomas Lovejoy de la Universidad George Mason, quien inició el estudio a finales de 1970.
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"Estos cambios podrÃan estar impulsados por el aumento de dióxido de carbono en la atmósfera", dijo Lovejoy en un comunicado. "Las plantas utilizan el dióxido de carbono para la fotosÃntesis y cuando aumenta, el bosque se hace evidentemente más inestable y dinámico, siempre y cuando los suelos tengan nutrientes suficientes."
Los resultados, que son consistentes con otras investigaciones en la región, proveen de más evidencia para el argumento de que la mayor selva tropical del mundo está amenazada por el cambio de uso del suelo y por el calentamiento global.
"Es como para un boxeador ser golpeado por una ráfaga de golpes" dijo el autor principal, William Laurance de la Universidad James Cook. "Los seres humanos siguen vertiendo miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero en la atmósfera cada año y esto está afectando evidentemente incluso a los bosques más remotos de la Tierra."
Mientras tanto, los bosques fragmentados son aún más vulnerables.
"Muchos árboles han muerto, mientras que las vides, que favorecen los bosques alterados, proliferan rápidamente", dijo el coautor José Luis Camargo, del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia Brasileña.
Otros estudios han demostrado que esos cambios dejan a los bosques fragmentados más propensos a morir poco a poco y a incendiarse.
El resultado final es que la selva amazónica puede llegar a ser menos estable conforme los niveles de CO2 y las perturbaciones sigan aumentando.
"Una gran implicación es que va a ser más difÃcil predecir cambios futuros en los ecosistemas si están siendo afectados por varias causas ambientales", dijo Lovejoy.
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Imagen Rainforest image via Shutterstock.