Las mujeres embarazadas que vivían en las proximidades de campos y granjas donde se aplican pesticidas químicos experimentaron dos tercios de mayor riesgo de tener un hijo con trastorno del espectro autista o de otro retraso en el desarrollo, según revela un nuevo estudio.

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La investigación descubrió que el vínculo fue más fuerte cuando se produjeron exposiciones durante el segundo y tercer trimestres del embarazo de las mujeres.

El estudio, amplio y en múltiples sitios con sede en California, fue realizado por investigadores del Instituto MIND de UC Davis y en él examinaron las relaciones entre las clases específicas de plaguicidas, incluyendo los organo-fosforados, piretroides y carbamatos, aplicados durante los embarazos de los participantes en el estudio y los diagnósticos posteriores de autismo y retraso en el desarrollo en su descendencia.

"Este estudio valida los resultados de una investigación anterior que ha reportado asociaciones entre tener un hijo con autismo y la exposición prenatal a sustancias químicas agrícolas en California", dijo el principal autor del estudio, Janie Shelton F., un estudiante de posgrado de la UC Davis, que ahora consulta en las Naciones Unidas.

"Aunque todavía tenemos que investigar si ciertos subgrupos son más vulnerables a la exposición a estos compuestos que otros, el mensaje es muy claro: las mujeres que están embarazadas deben tener especial cuidado para evitar el contacto con productos químicos agrícolas siempre que sea posible."

California es el principal estado productor agrícola de los Estados Unidos, ganando en total $38 mil millones en ingresos de los cultivos agrícolas en 2010. A nivel estatal, se aplican aproximadamente 200 millones de libras de pesticidas activos cada año, la mayor parte en el Valle Central, al norte del valle de Sacramento y al sur del Valle Imperial, en la frontera entre California y México.

Si bien los pesticidas son fundamentales para la industria de la agricultura moderna, ciertos pesticidas de uso común son neurotóxicos y pueden ser una amenaza para el desarrollo del cerebro durante la gestación, lo que podría resultar en un retraso de desarrollo o en autismo.

El estudio se llevó a cabo mediante un examen de aplicación de plaguicidas comerciales basándose en el Informe de Pesticidas de California y la vinculación de los datos a las direcciones residenciales de aproximadamente 1,000 participantes en el estudio, basado en el Norte de California, "Riesgo Infantil de Autismo por Genética y Medio Ambiente" (CHARGE, por sus siglas en inglés). El estudio incluye a familias con niños entre 2 y 5 años con diagnóstico de autismo o retraso de desarrollo o con un desarrollo típico.

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Imagen Pesticides spraying image via Shutterstock.