Un estudio realizado por el Servicio Geológico Británico y la Agencia de Medio Ambiente (Inglaterra) revela que casi todos los sitios de petróleo y gas shale en Inglaterra y Gales tienen acuíferos subyacentes de agua potable, aumentando los temores de que podría contaminarse el agua.

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El Servicio Geológico Británico (BGS), en colaboración con la Agencia de Medio Ambiente (EA), ha publicado un mapa que muestra la profundidad de cada fuente de gas shale y el petróleo debajo de los principales acuíferos de aguas subterráneas en Inglaterra y Gales.

Junto con los mapas, el BGS / EA llama la atención sobre el hecho de que casi la mitad de los acuíferos principales, los más importante para el abastecimiento de agua potable, se sustentan por arcillas que se podrían utilizar para la producción de petróleo o gas.

Pero no menciona el hecho más sorprendente: que casi todas las rocas potencialmente fracturables en Inglaterra y Gales se encuentran debajo de los acuíferos y que su explotación podría contaminar sus fuentes de agua potable.

Donde hay petróleo o gas, no hay agua 

El BGS / EA no revela la cifra real, sino una simple inspección de los dos mapas principales dados a conocer hoy (ver imagen) que muestran que existe una fuerte correlación entre la presencia de petróleo y la roca de la cual podría obtenerse gas, y la de los acuíferos.

Sólo alrededor del 5% (por inspección visual) del recurso fracturable está en zonas sin acuíferos, en una zona centrada en Leeds, pero incluso esta área está estrechamente rodeada por los más importantes "Acuíferos Principales", cuya contaminación podría representar una amenaza grave para el abastecimiento de agua potable a millones de personas en todo el norte de Inglaterra.

Las aguas subterráneas de los acuíferos proporcionan el 30% del agua potable en el Reino Unido y hasta el 70% en el sudeste de Inglaterra por lo que es uno de los recursos naturales más importantes en el Reino Unido, un recurso que necesita una protección eficaz a largo plazo.

EA: "Todo está perfectamente seguro"
La Agencia de Medio Ambiente Británica exige a los operadores de la fracturación hidráulica de roca (fracking en inglés, NT) producir evaluaciones geológicas detalladas, y mantenga "permisos de aguas subterráneas" a menos que no exista ningún riesgo significativo para las aguas subterráneas. "No se les permitirá seguir adelante con el desarrollo del fracking si están demasiado cerca de fuentes de agua potable", dice la Agencia de Medio Ambiente, y que "no se permitirá el uso de aditivos químicos en el fluido de fracking hidráulico ya que son peligrosos para las aguas subterráneas."

Sin embargo, el peligro para el agua subterránea no surge sólo de los aditivos químicos, sino también de las propias rocas, que a menudo contienen metales pesados e isótopos radiactivos de torio, uranio, radio y radón.

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