Una nueva investigación revela que las granjas eólicas marinas son particularmente útiles para las focas, ya que parece que actúan como arrecifes artificiales, atrayendo a grandes grupos de peces.

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El estudio realizado por investigadores de la Universidad de St. Andrews en Escocia fue publicado este mes en la revista Current Biology. Los científicos de la investigación dieron seguimiento a un grupo de focas en el mar del Norte con el uso de dispositivos GPS. El propósito del estudio fue analizar si los cambios hechos por el hombre en el medio ambiente marino estructural están afectando el comportamiento depredador marino.

Para explicar esto, los científicos destacaron que cada vez que hacemos cambios en el ambiente para construir o remodelar un lugar determinado, esos cambios pueden afectar a la fauna local. Por ejemplo, y para dar un ejemplo no muy ecológico, mediante la creación de un vertedero, podemos atraer a una variedad de animales que pueden utilizar la basura que hemos desechado. Muy a menudo, las concentraciones de estos animales pueden afectar y cambiar también a los animales depredadores. Ellos serán atraídos a estas áreas con el fin de cazar a estos animales ubicados más abajo en la cadena alimenticia y que están usando la zona para sus propias necesidades alimenticias y de hábitat.

Este tipo de cambio como consecuencia de la modificación humana a nuestro medio ambiente está bien documentado en la tierra, pero hasta ahora, el efecto no se había rastreado en ambientes marinos.

Analizando los datos de seguimiento de dos grupos, uno de focas del puerto y otro de focas grises, quienes son buenos candidatos para este tipo de investigación, ya que son depredadores en lo más alto de la cadena alimenticia, es decir, que no tienen depredadores conocidos por encima de ellos que afectan a su comportamiento, los científicos encontraron que una serie de focas de cada grupo visitó regularmente granjas eólica en alta mar: la granja Alpha Ventus frente a las costas de Alemania, y la granja de Sheringham Shoal cerca el sureste de Inglaterra.

Al examinar los datos de seguimiento, los investigadores se dieron cuenta de que en lugar de nadar a través de los parques eólicos, las focas parecían estar cazando. Llegaron a esta conclusión por el hecho de que un número de focas adoptaron movimientos en forma de cuadrícula alrededor de las turbinas y se dedicaron metódicamente a la búsqueda de peces en patrones que han sido previamente clasificados como comportamiento de caza clásico. Esto no fue un hecho aislado ya que muchas focas regresaron varias veces a las granjas eólicas mostrando el mismo comportamiento. Las focas también hicieron lo mismo en torno a los gasoductos submarinos, con otras focas siguiéndolas a lo largo del área hasta diez veces en un día.

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Imagen León Marino vía Shutterstock