Si la mayoría de los vehículos ligeros en Estados Unidos usara gasolina de mayor octanaje, la industria del automóvil en su conjunto reduciría sus emisiones de dióxido de carbono en 35 millones de toneladas por año, ahorrando hasta $ 6 mil millones de dólares en costos de combustible, según un nuevo análisis realizado por investigadores del MIT.

En un estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology, el equipo analiza un escenario en el que el combustible se fabrica bajo un nivel más alto de octanaje, la medida de la capacidad de la gasolina para resistir la detonación del motor durante la combustión.

Actualmente en los Estados Unidos, el índice de octano de un coche se basa en el índice de antidetonante (AKI por sus siglas en inglés), una especificación para la composición de combustible que está determinado por un número estándar de octano de investigación (RON por sus siglas en inglés) y por un número de octano del motor (MON por sus siglas en inglés). Los índices de octano resultantes para motores de automóviles de hoy en día suelen oscilar entre 87 (el combustible regular) a 93 (gasolina Premium o de alto octanaje), los números que aparecen comúnmente en la bomba. Cuanto mayor sea el índice de octano, más resistente es el combustible a explotar por compresión.

Sin embargo, los investigadores del MIT consideran que el AKI, y más concretamente el MON, son una medida obsoleta del rendimiento del motor, diseñado originalmente para aplicar a viejos motores con carburador en lugar de los motores modernos, con inyección de combustible. Para actualizar el régimen de octanaje hasta la fecha, el equipo consideró la supresión del MON y basó el rendimiento del motor únicamente en el RON.

El sistema revisado octanaje impulsaría el grado de combustible de gasolina regular a 93, y la Premium hasta 98. Los investigadores razonaron que los grados más altos de combustible, aunque apropiadas para su uso en motores de hoy en día, también podría dar a las refinerías de petróleo la oportunidad de producir combustible de mayor octanaje, que a su vez podría estimular a los fabricantes a diseñar vehículos para funcionar con gasolina de mayor octanaje, una innovación que podría conducir a vehículos mucho más eficientes.