Investigadores de los Laboratorios Nacionales Sandia han ayudado a desentrañar un antiguo misterio de la astrofísica: ¿por qué el hierro se encuentra por todo el manto de la Tierra, en la región de más o menos 2,000 millas de espesor entre el núcleo de la Tierra y su corteza?
A primera vista, parecía más razonable que el hierro que llega de colisiones entre la Tierra y planetesimales (que van desde varios metros a cientos de kilómetros de diámetro), durante las últimas etapas de formación de la Tierra, debería haber sido impulsado como bala directamente al núcleo de la Tierra, donde el hierro ya existe en gran cantidad.